El
presidente de Rusia Vladimir Putin, ha dicho este viernes, que lo que
busca su país no es la dimisión del presidente sirio Bashar al-Asad,
sino el cese de la "masacre", el fin de la "catástrofe" y una solución
al conflicto que atraviesa Siria a través del diálogo.
"Nosotros no creemos que Al-Asad debe abandonar (el poder) hoy, como sugieren nuestros socios. Respecto a este caso mañana tenemos que decidir a dónde ir y qué hacer", ha señalado el líder ruso mientras mencionaba el caso de Libia como ejemplo de un país descuartizado después de la intervención militar extranjera, y ha añadido que no quiere ver a Siria en la misma situación en la que se encuentran hoy Irak o Yemen.
Rusia es uno de los países que más insisten en el diálogo como la única salvación de Siria del caos.
El mandatario ruso ha agregado "Creemos que es necesario que todos se sientan a la mesa de negociación, a fin de que todas las partes en conflicto puedan llegar a un acuerdo sobre la forma en que sus intereses serán protegidos y de qué manera van a participar en la futura gobernabilidad del país".
Vladimir Putin también ha calificado de "un hecho contra las leyes y las normas internacionales" mandar armas a los grupos de oposición de Siria, y aclaró: “El Gobierno de Rusia manda armas al Gobierno de Siria según los acuerdos bilaterales”…“las normas legislativas precisan la prohibición de enviar armamento a los grupos armados que intenten desestabilizar la situación de un país usando las armas”.
Desde mediados de marzo de 2011, Siria sufre la injerencia de algunos países occidentales y regionales -entre ellos Estados Unidos, Arabia Saudí, Catar y Turquía- que, con su respaldo financiero y armamentístico a las bandas armadas, pretenden derrocar el Gobierno de Damasco.
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