El enfoque de la mayoría de las noticias referidas a la situación en
la península coreana desde marzo y hasta la actualidad, ubican como
causante único o principal del conflicto al gobierno de la República
Popular Democrática de Corea (RPDC). Abundan los titulares de “Corea
amenaza”, “Corea intimida”, con espacios donde se mantiene el
seguimiento de los movimientos militares, tales como “Seúl sospecha que
Pyongyang trasladó un misil de alcance medio a su costa este”.
En ese ámbito, una aproximación objetiva al conflicto en la península
coreana, o por lo menos donde predomine el sentido común, indica, a
partir de los precedentes, que los otros actores involucrados, en
especial, Estados Unidos de América (EUA), no son tan inocentes como
aparentan ser. Como han demostrado las acciones de las potencias
occidentales en la denominada primavera árabe, Estados Unidos y sus
aliados son especialistas en la conformación de crisis y conflictos en
los medios masivos y sobre el terreno.
En el este de Asia se concentran, por una parte, los aliados más
importantes de EUA en el área: Japón y la República de Corea (Corea del
sur), por la otra, los Estados que en la práctica están desempeñando un
papel de “contrapeso”, por no calificarlos aún de contestatarios frente a
EUA, con una postura en función de la política y práctica multipolares
en las relaciones internacionales: la República Popular China (RPCH) y
Rusia. En ese escenario, el denominado por Collin Powel, como último
reducto de la guerra fría le viene como “anillo al dedo” a la política
imperial de Washington.
En este caso, debemos tener en cuenta cuatro niveles fundamentales que, en primera instancian, indican las intenciones de EUA.
1ro. Corea del norte y su satanización le permiten a Estados Unidos, no
sólo mantener su presencia en la región, sino afianzarla. No podemos
olvidar que en su Estrategia de Seguridad Nacional, Asia es prioritaria.
Aunque la guerra en Afganistán iniciada en el año 2001, debía
permitir a EUA controlar el territorio de Asia Central, en la práctica
no ha sido así: ha enfrentado una situación de estado de guerra al
interior de ese país, que se ha extendido al vecino Pakistán y el avance
en la solución de las problemáticas de esa región en el marco de la
Organización de Cooperación de Shanghai, liderada por Beijing y Moscú.
En ese contexto, la amenaza coreana “justifica” el sistema de bases
militares en Asia Pacífico y el de defensa antimisiles estadounidense en
el océano Pacífico. El gobierno de Barak Obama trata de que su
liderazgo se convierta en incuestionable.
Si la situación no fuera tan grave, casi daría risa la inmensa
importancia que se le da al traslado de un misil norcoreano, como
mencionábamos anteriormente, “Seúl sospecha que Pyongyang trasladó un
misil de alcance medio a su costa este”. Estamos en presencia de un
misil de alcance medio. La amenaza es inminente, es inmensa, por lo que
EUA, según la BBC “pone a punto sus defensas ante la amenaza norcoreana”
y anuncia que enviará a Guam la denominada Terminal de defensa de Alta
Altitud (THAAD, por sus siglas en inglés), considerado el sistema de
defensa antimisiles más nuevo y más completo del país”.
No es nuestro objetivo enumerar todas las fuerzas y equipos de alta
tecnología, desde aviones hasta radares y otros equipos de última
generación enviados por EUA hacia el este de Asia, sólo mencionamos este
porque nos demuestra la desproporcionalidad entre las posibilidades
tecnológicas de la RPDC y EUA.
Esto se vincula directamente con los intereses de las acciones
estadounidenses en la región. Sólo quiere impresionar, demostrar y
amenazar a la RPDC con su poderío militar?
2do. En el plano regional, crear una situación de inestabilidad y
tensión en un país fronterizo con la RPCH. Este último país tiene que
demostrar su liderazgo, bajo los preceptos de su política y sus
principios de “país armonioso” y “crecimiento pacífico”. La nueva
dirección y liderazgo de la RPCH tiene un reto ante sí. Estados Unidos
pretende, si no “contener” a la 2da economía del mundo, presionarla en
torno al conflicto, al tiempo que despliega y demuestra en los mares
cercanos del gigante asiático todo su poderío militar.
3ro. Para la República Popular Democrática de Corea (RPDC) la
situación creada la afecta en varios aspectos, pero sobre todo en el
económico. La inseguridad y el estado de guerra frenan, o por lo menos
dificultan, las inversiones en el país y el avance pacífico en diversos
proyectos, como la explotación de los recursos mineros y la construcción
del ferrocarril desde Rusia hasta Corea del Sur. Sin embargo, el
elemento político no es despreciable, todo indica que Washington está
presionando el nuevo liderazgo del país, en la figura de Kim Young Um,
este necesita legitimarse, esencialmente, hacia el interior.
4to. Estados Unidos reafirma y profundiza la división de la nación
coreana. En la medida que las tensiones y los desacuerdos entre el norte
y el sur aumenten, el avance hacia la reunificación de la península se
hace cada vez más difícil. Si el país se reunificara, nacería
probablemente otra potencia regional, pues se unirían, entre otros, los
recursos militares del norte y el sur, los recursos naturales del norte y
la experiencia y dinamismo de la economía del sur. Si hay alguien que
no está preparado para la reunificación ese es Washington, eso supondría
que el “peligro” no existe y por demás, la necesidad de las bases
militares y los planificados ejercicios conjuntos con Corea del sur
(cuatro cada año, aunque en ocasiones se efectúa un mayor número) no
tendrían sentido.
En los juegos de guerra, Estados Unidos se lleva las palmas, las
intenciones son claras, liderazgo, presencia y reafirmación de su papel a
nivel mundial ¿como garante de los valores de la democracia?
En este escenario las intenciones pueden estar claras, pero los peligros son impredecibles.
Hasta qué punto la situación creada en torno a la península no
aumenta los riesgos de que países como Corea del sur y Japón consideren
la necesidad de tener el arma nuclear?. Sin embargo, la amenaza mayor
está en que, aunque Estados Unidos no necesita que la tensión se
deteriore hasta el punto de una guerra contra la RPDC; esta no es
descartable, pero en este caso estaríamos ante una guerra nuclear. Como
apuntó el viceministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Igor Morgúlov,
“Rusia cree que cualquier error aleatorio en la península coreana puede
dejar la situación fuera de control”, insisto esa situación fuera de
control seguramente incluye el uso del arma atómica. Ojalá eso no ocurra
En ese ámbito, una aproximación objetiva al conflicto en la península
coreana, o por lo menos donde predomine el sentido común, indica, a
partir de los precedentes, que los otros actores involucrados, en
especial, Estados Unidos de América (EUA), no son tan inocentes como
aparentan ser. Como han demostrado las acciones de las potencias
occidentales en la denominada primavera árabe, Estados Unidos y sus
aliados son especialistas en la conformación de crisis y conflictos en
los medios masivos y sobre el terreno.
En el este de Asia se concentran, por una parte, los aliados más
importantes de EUA en el área: Japón y la República de Corea (Corea del
sur), por la otra, los Estados que en la práctica están desempeñando un
papel de “contrapeso”, por no calificarlos aún de contestatarios frente a
EUA, con una postura en función de la política y práctica multipolares
en las relaciones internacionales: la República Popular China (RPCH) y
Rusia. En ese escenario, el denominado por Collin Powel, como último
reducto de la guerra fría le viene como “anillo al dedo” a la política
imperial de Washington.
En este caso, debemos tener en cuenta cuatro niveles fundamentales que, en primera instancian, indican las intenciones de EUA.
1ro. Corea del norte y su satanización le permiten a Estados Unidos, no
sólo mantener su presencia en la región, sino afianzarla. No podemos
olvidar que en su Estrategia de Seguridad Nacional, Asia es prioritaria.
Aunque la guerra en Afganistán iniciada en el año 2001, debía
permitir a EUA controlar el territorio de Asia Central, en la práctica
no ha sido así: ha enfrentado una situación de estado de guerra al
interior de ese país, que se ha extendido al vecino Pakistán y el avance
en la solución de las problemáticas de esa región en el marco de la
Organización de Cooperación de Shanghai, liderada por Beijing y Moscú.
En ese contexto, la amenaza coreana “justifica” el sistema de bases
militares en Asia Pacífico y el de defensa antimisiles estadounidense en
el océano Pacífico. El gobierno de Barak Obama trata de que su
liderazgo se convierta en incuestionable.
Si la situación no fuera tan grave, casi daría risa la inmensa
importancia que se le da al traslado de un misil norcoreano, como
mencionábamos anteriormente, “Seúl sospecha que Pyongyang trasladó un
misil de alcance medio a su costa este”. Estamos en presencia de un
misil de alcance medio. La amenaza es inminente, es inmensa, por lo que
EUA, según la BBC “pone a punto sus defensas ante la amenaza norcoreana”
y anuncia que enviará a Guam la denominada Terminal de defensa de Alta
Altitud (THAAD, por sus siglas en inglés), considerado el sistema de
defensa antimisiles más nuevo y más completo del país”.
No es nuestro objetivo enumerar todas las fuerzas y equipos de alta
tecnología, desde aviones hasta radares y otros equipos de última
generación enviados por EUA hacia el este de Asia, sólo mencionamos este
porque nos demuestra la desproporcionalidad entre las posibilidades
tecnológicas de la RPDC y EUA.
Esto se vincula directamente con los intereses de las acciones
estadounidenses en la región. Sólo quiere impresionar, demostrar y
amenazar a la RPDC con su poderío militar?
2do. En el plano regional, crear una situación de inestabilidad y
tensión en un país fronterizo con la RPCH. Este último país tiene que
demostrar su liderazgo, bajo los preceptos de su política y sus
principios de “país armonioso” y “crecimiento pacífico”. La nueva
dirección y liderazgo de la RPCH tiene un reto ante sí. Estados Unidos
pretende, si no “contener” a la 2da economía del mundo, presionarla en
torno al conflicto, al tiempo que despliega y demuestra en los mares
cercanos del gigante asiático todo su poderío militar.
3ro. Para la República Popular Democrática de Corea (RPDC) la
situación creada la afecta en varios aspectos, pero sobre todo en el
económico. La inseguridad y el estado de guerra frenan, o por lo menos
dificultan, las inversiones en el país y el avance pacífico en diversos
proyectos, como la explotación de los recursos mineros y la construcción
del ferrocarril desde Rusia hasta Corea del Sur. Sin embargo, el
elemento político no es despreciable, todo indica que Washington está
presionando el nuevo liderazgo del país, en la figura de Kim Young Um,
este necesita legitimarse, esencialmente, hacia el interior.
4to. Estados Unidos reafirma y profundiza la división de la nación
coreana. En la medida que las tensiones y los desacuerdos entre el norte
y el sur aumenten, el avance hacia la reunificación de la península se
hace cada vez más difícil. Si el país se reunificara, nacería
probablemente otra potencia regional, pues se unirían, entre otros, los
recursos militares del norte y el sur, los recursos naturales del norte y
la experiencia y dinamismo de la economía del sur. Si hay alguien que
no está preparado para la reunificación ese es Washington, eso supondría
que el “peligro” no existe y por demás, la necesidad de las bases
militares y los planificados ejercicios conjuntos con Corea del sur
(cuatro cada año, aunque en ocasiones se efectúa un mayor número) no
tendrían sentido.
En los juegos de guerra, Estados Unidos se lleva las palmas, las
intenciones son claras, liderazgo, presencia y reafirmación de su papel a
nivel mundial ¿como garante de los valores de la democracia?
En este escenario las intenciones pueden estar claras, pero los peligros son impredecibles.
Hasta qué punto la situación creada en torno a la península no
aumenta los riesgos de que países como Corea del sur y Japón consideren
la necesidad de tener el arma nuclear?. Sin embargo, la amenaza mayor
está en que, aunque Estados Unidos no necesita que la tensión se
deteriore hasta el punto de una guerra contra la RPDC; esta no es
descartable, pero en este caso estaríamos ante una guerra nuclear. Como
apuntó el viceministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Igor Morgúlov,
“Rusia cree que cualquier error aleatorio en la península coreana puede
dejar la situación fuera de control”, insisto, esa situación fuera de
control seguramente incluye el uso del arma atómica. Ojalá eso no ocurra
*Maria Elena Alvarez es profesora universitaria y especialista en temas internacionales.