Primero los EEUU difundieron el despliegue de dos aviones de combate F-22 Raptors en la base aérea de Osan en Corea del Sur. Luego lanzaron en una misión de entrenamiento un bombardero B-2 Stealth
sobre la línea de artillería de Corea del Sur. Entonces desplegó un
sistema de misiles anti-balísticos de defensa destinados a Guam y colocó
dos destructores con misiles guiados en las aguas cercanas a Corea.
Y ahora, por cortesía de The Aviationist, nos enteramos de que el
Pentágono ha intensificado aún mas su movilización militar en un
especie de carrera del gato y el ratón con Corea del Norte, y ha enviado
varios bombarderos B-1 Lancer estratégicos de largo alcance a la Base Andersen
de la Fuerza Aérea en Guam. Lo que es diferente esta vez, sin embargo,
es que a diferencia de los pasos anteriores de la escalada que han sido
muy públicos y ampliamente pregonados, este despliegue en particular se
ha mantenido en secreto para el público (por lo menos para el público en
general), "un hecho que podría ser la
señal de que los EEUU no sólo está haciendo movimientos simbólicos (como
los mencionados anteriormente), sino que se está preparando para el
peor escenario: Un ataque contra Corea del No