
Al respecto, la Cancillería mexicana instó a la Secretaría General de la OEA, y a su titular, Luis Almagro, a abstenerse de realizar "pronunciamientos unilaterales" a nombre de toda la membresía. Además, México llamó al organismo a "evitar confrontarse con un gobierno electo democráticamente como lo es el de Bolivia". En ese sentido, la SRE advirtió que el comunicado de la Secretaría General "sienta un peligroso precedente" para una Organización creada con el propósito de buscar el "consenso". Sin "autoridad moral" En esta misma línea, el Grupo de Puebla, conformado por presidentes, expresidentes y líderes progresistas de América Latina, señaló que Almagro carece de "autoridad moral" tras el papel que cumplió la Misión de Observación Electoral del organismo, durante los comicios de octubre de 2019, y en la preparación de un informe que sirvió para justificar una segunda vuelta electoral, a partir de una denuncia de fraude que nunca fue demostrado. Además de perseguir judicialmente a un centenar de personas del círculo cercano de Morales, Áñez enfrenta acusaciones por su presunta responsabilidad en las matanzas ocurridas en Senkata, Sacaba, Montero y la Zona Sur de La Paz, entre noviembre 2019 y noviembre de 2020. Tras la declaración de la Secretaría General de la OEA, la Cancillería boliviana denunció el "doble rasero" utilizado por Almagro, al utilizar un discurso sobre derechos humanos para "favorecer a los intereses particulares y políticos que representa", mientras que no se pronunció en su momento ante "las gravísimas violaciones de derechos humanos cometidas por el Gobierno de facto, que abusó de su poder para perseguir, torturar y asesinar" a sus enemigos políticos.