Tan traicionera es la realidad consciente que las organizaciones globales se crearon para proteger a la humanidad del flagelo de la guerra y la explotación de unos cuantos poderes paranoicos y absurdos que se imponen al mundo. Es bastante extraño que estemos donde estamos sesenta años después de la II Guerra Mundial buscando un período creíble de tiempo dotado de dignidad humana, respeto a los derechos, a la coexistencia y a la comprensión de la paz y la seguridad contra la violencia, el asesinato y la ocupación. No hay tal, no eran sino meras ilusiones para esquivar a la humanidad, para robarle colectivamente al género humano sus intereses y optimismo por el futuro, ya sea en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas o donde sea. El CSNU es el Facebook de quienes proclaman ser poderosos, si es que en efecto son poderosos en algún sentido del significado o importancia global en la cambiante política del siglo XXI.