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Nación enloquecida El islám no atacó a Estados Unidos el 11 de septiembre de 2001.


Desde el corredor de la muerte, soy Mumia Abu-Jamal.

Cuando la gente se indigna, cuando se enfurece, cuando está por volverse loca, los políticos se emocionan, porque precisamente en este momento la gente está en sus manos y los políticos más poderosos que nunca. Es fácil convencer a las personas obsesionadas a hacer casi cualquier cosa.

En la ciudad de Nueva York y otras ciudades de Estados Unidos, los políticos y los medios de comunicación incitan a multitudes de personas enojadas y asustadas a descargar sus emociones contra lugares de culto.

Ahora lo que los enfurece es la construcción de un complejo religioso y cultural simplemente por ser musulmán.

El islám no atacó a Estados Unidos el 11 de septiembre de 2001. Lo hicieron 19 hombres de varios países. Ningún país aprobó el ataque, ni siquiera los líderes de Afganistán. Pero gracias a los medios y sus putos políticos, la nación se pone histérica sobre algo supuestamente garantizado por la Constitución de Estados Unidos.

El miedo vende. El enojo vende. Y antes de darse cuenta de lo que pasa, la gente se hunde en la locura. Hace siete años y medio, sentimientos como éstos llevaron a la nación a hacer guerras catastróficas sin sentido.

¿A qué llevará todo esto?

Desde el corredor de la muerte, soy Mumia Abu-Jamal.

--(c) '10 maj

29 de agosto de 2010

Audio grabado por Noelle Hanrahan: www.prisonradio.org

Texto circulado por Fatirah Litestar01@aol.com

Traducción Amig@s de Mumia, México